Picores, lamidos, alopecia, costras y heridas pueden ser los primeros síntomas de una infección por parásitos externos.
Además de las pulgas y garrapatas que todos conocemos, existen otros parásitos externos que pueden afectar a nuestras mascotas, algunos de ellos sin necesidad de contacto con el exterior o con otros animales.
Comenzaremos por las pulgas ya que son las más conocidas. Éstas habitan en climas templados y húmedos (por lo que se multiplican mayormente en primavera-verano, aunque en nuestra latitud están presentes todo el año) tienen un ciclo biológico de 30-60 días, esto quiere decir que desde que salen del huevo hasta que se reproducen de nuevo pasa este tiempo. Cada pulga puede poner entre 300 y 400 huevos, por ello es fundamental controlarlas durante todo el año con pipetas, pastillas o collares (evitaremos así la infestación de los hogares). Además del picor que ocasionan, sobre todo en animales alérgicos, pueden ser transmisoras de otras enfermedades como Dipilidium Caninum, Bartonella y Ricketsia.
Las garrapatas necesitan climas templados y aumentan su número en primavera y otoño aunque están presentes todo el año. En nuestra zona podemos encontrar principalmente 3 especies Rhipicephalus sanguineus, Dermacentor reticulatcus e Ixodes ricinus. Podemos encontrarnos garrapatas tanto de color blanco como marrón. Como bien es sabido las garrapatas se alimentan de sangre adhiriéndose para ello al animal (es importante quitarlas de forma adecuada para evitar que la cabeza se desprenda y quede en el animal produciendo infección). Las garrapatas son transmisoras de graves enfermedades como Babesia, Borrelia, Ehrlichia canis, Anaplasma, Hepatozoon y Rickettsia, por ello es fundamental prevenirlas durante todo el año.
Los mosquitos son otro parásito externo que, aunque no quede sobre el animal, puede transmitir enfermedades con su picadura (Dirofilaria, Leishmania, etc.) estas enfermedades pueden ser fatales por lo que en zonas de alto riesgo se deben tomar precauciones. Es importante comunicar tu veterinario si vas a realizar un viaje para conocer si la zona es endémica e informarte de cómo proteger a tu mascota.
Las moscas, al igual que los mosquitos, son vectores de parásitos, en este caso las moscas, al posarse sobre el animal depositan huevos de Thelazia, una larva que produce ulceras e irritación ocular. Además algunas moscas pueden depositan sus larvas en zonas ulceradas y otras localizaciones produciendo miaisis.
Con menos frecuencia podemos encontrar piojos en nuestras mascotas, normalmente infectadas al entrar en contacto con otros animales infectados o por personas afectadas. Los piojos se multiplican en la superficie capilar depositando los huevos en el pelo. Estos parásitos, aunque son específicos de cada especie, pueden llegar a ser un problema por contagio a humanos. Al igual que otros ectoparásitos pueden transmitir Dipilidium Caninum y se puedn prevenir fácilmente con el uso de antiparasitarios
Por último tenemos los ácaros, existen una gran variedad de ellos aunque son solo unos pocos los más frecuentes. Sarcoptes (en perro) y Notoedres (en gato) son los que producen más picor, se conocen por ser el agente causal de la “sarna”; su contagio se produce por contacto directo o por contacto con materiales infectados. Es altamente contagiosa aunque su tratamiento es muy sencillo. Existen otros ácaros que producen menos picor pero que al igual que los anteriores produce lesiones en la piel y pueden transmitirse a humanos (Neotrombicula, Straelensia y Cheyletiella).
Es frecuente encontrar ácaros en los oídos de cachorros o animales en malas condiciones o desnutridos, estos pertenecen a la especie Otodectes cynotis. Son ácaros que viven en el conducto externo del oído y producen una secreción negra grumosa y bastante picor. En grandes infestaciones pueden abandonar el oído y producir lesiones en la cabeza y extremidades.
Por último tenemos a Demodex, este es un acaro que no se transmite de un individuo a otro, existe una pequeña población que pertenece a la flora natural de la piel, en algunos animales con inmunidad alterada o que padecen enfermedades crónicas se produce una sobremultiplicaión de estos ácaros dando lugar a lesiones en la piel, infección y picor.
Desde Clínica veterinaria Santander os aconsejamos llevar una buena desparasitación de tu mascota tanto externa como interna durante todo el año, consúltanos para buscar aquella que mejor se adapte a tu mascota ya existen muchos productos en el mercado.